martes, 18 de septiembre de 2007

EL ETERNO "AMIC JOAN"

Hay personajes que, por muchas leyendas que hayas escuchado sobre ellos, nunca dejarán de sorprenderte. Joan Gaspart ("l'amic Joan" como solicitó que se le llamará a principios de su mandato), puede que sea uno de los pocos casos en que la realidad supera ampliamente a la ficción. De hecho, alguien que se vanaglorió de mentir por los codos -siempre en beneficio del Barça-, ya merecía una atención especial; quizá fuera por esta razón que en la Ciudad Condal ya se decía que cuando Gaspart negaba algo de forma rotunda, se podía dar por realizado en sentido contrario. Uno, el que escribe, admite que nunca votó a Joan Gaspart y aún así, alterné los momentos de tremenda vergüenza que la imagen de nuestro club ofrecía al mundo bajo su batuta, con aquellos en los que la más absoluta hilaridad, el istrionismo llevado al máximo exponente, parecía instalado en el Nou Camp.

En cierta ocasión un presidente de un club portugués narró en qué consistía uno de los secretos mejor guardados del fútbol internacional: una negociación con Joan Gaspart, l'amic Joan, perdón. Contó que aquello parecía más una opereta teatral que no una conversación profesional. Así, Gaspart entraba y salía, una y mil veces, de la habitación donde estuviera citado con el negociador de la parte contraria, ya fuera compradora o vendedora. Preguntaba el precio, exclamaba a los cielos, soltaba cuatro expresiones que hubieran hecho enrojecer a la dama de menor enjundia de la ciudad y... desaparecía. Una, dos, tres horas más tarde, retornaba al habitáculo con una nueva propuesta; más exclamaciones, más indignaciones, algunos sofocos, petición de excusas, etc... Pero era con la llegada de la noche cuando emergía con toda su magnitud la figura del gran Joan Gaspart. Encerrado a cal y canto en dicha habitación -quizá unos sandwitchs para amenizar la velada-, esperaba pacientemente a que la prensa estuviera lo suficientemente "caliente" como para abandonar el hotel, curiosamente a una hora lo más cercana posible a la medianoche para que de esta forma, la totalidad de programas de radio pudieran conectar en directo para abordar la novedad de la venta/fichaje en manos del hábil y exhausto negociador barcelonista. Creo que fue Adriano Galiani (vicepresidente del A.C. Milan), quien completó esta acertada descripción añadiendo la puntilla que deshacía un mito: "si venías a comprar un jugador por 1.000 millones de pesetas, Gaspart firmaba por 800; si venías a vender un jugador por 500 millones de pesetas, Gaspart lo cerraba por 700 millones".

Posteriormente la masa social agradeció con generosidad infinita la dedicación con la que l'amic Joan obsequió al club durante sus más de dos décadas como vicepresidente ("vispresident" solía decir él en una nefasta traducción de dicho cargo al catalán); lo hicimos presidente del F.C. Barcelona -no con mi voto, repito-, butaca que ocupó por el corto espacio de dos años y siete meses. A pesar del poco tiempo en el que figuró como president, casi arruina al club, pero eso sí, brindó a la enloquecida masa barcelonista momentos impagables; desde repescar a un entrenador como Van Gaal, hasta solicitar a los socios que dejaran de pedir su dimisión "por caridad cristiana". Pero sin lugar a dudas el momento supremo, hoguera de todas las vanidades, cumbre excelsa del dramatismo del siglo XX en todo su candor, llegó tras un partido de liga en Barcelona -y retransmitido para todo el mundo por Canal Plus-, donde una severa derrota a manos del Vilareal le brindó la ocasión -aún perenne en nuestras emocionadas retinas- de quedarse, de pié, frente al foro que con el pulgar hacia abajo solicitaba su cabeza en una bandeja de plata durante, ni más ni menos que tres largos minutos!. Mezcla de un César Imperator caído, mezcla de Hamlet sosteniendo aún entre sus manos la calavera del futuro, alternaba los ademanes de abandonar el palco con la mirada perdida frente a la grada que exigía sangre: "Brutus, tu también hijo mío", parecía expresar.

Pero su dimisión no conllevó su abandono del futbol español. Con sorpresa -y casi premeditación- ayer apareció en Catalunya Ràdio para ser entrevistado -en calidad de integrante de la RFEF-, respecto al intento de amistoso entre Catalunya y los Estados Unidos. Ante la sorpresa del periodista empezó declarando que el partido se jugaría, sin duda, con total seguridad. Claro!, lo que no soltó hasta la tercera pregunta es que debería estudiarse una nueva fecha... quizá para el 2014? (pensé al escucharle). Pero es que, para mayor INRI, este mediodía he sabido por la misma emisora que la fecha propuesta por el bueno de l'amic Joan para la celebración de ese partido es en mitad de una semana donde está prevista la dispusta de TRES jornadas de liga! (domingo - miércoles -domingo).

Bien hecho amic Joan!.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hahahaha... como me he reído. Y lo mas triste de todo es que es cierto. Una pena lo de este tío y parece que aún sigue ahí.

Felicidades por el blog

Anónimo dijo...

Que grande recordar ese momento "César" en el circo romano. Que risas, por dios.
Personaje para la historia.

Saludos

Göres dijo...

Qué bueno. Joan Gaspar era un hooligan vestido de directivo. Cuando la masa social culé le hizo presidente me imagino que enloquecio de orgasmos porque ese debería ser su máximo sueño. Sin duda uno de los más extravagantes presidentes y a la vez recordados, como Jesús Gil u otros.

Un saludo desdelacibeles.blogspot.com

soykiensoy dijo...

Menudo personaje! Por el bien del Barça, menos mal que se fue...

Saludos desde http://locosxelfutblog.blogspot.com