sábado, 15 de septiembre de 2007

ESA MALDITA QUINIELA

Hoy pongo en marcha un curioso experimento: el onírico mundo del pleno al quince. Para esta experiencia no se necesitan ni conocimientos futbolísticos, ni suerte; tan sólo un método empírico que funcione.

Cada semana se realizarán dos quinielas: la primera apuesta sencilla será rellenada de un modo totalmente aleatorio (de momento y por vergüenza propia, me reservo explicar la mecánica elegida). La segunda, fruto de mis intuiciones, tendrá normalmente 4 dobles aunque se admite la variación (a la alza o a la baja) en función de las necesidades psicológicas o económicas del productor (o sea, el que pone la pasta), en este caso, también yo.

Si la estadística y la probabilidad no mienten, debería tener un índice de aciertos mayores en la segunda apuesta (por conocimientos futbolísticos y, no nos engañemos, por número mayor de apuestas), AUNQUE debería esperar mejores rendimientos económicos de la primera dado su carácter aleatorio, por tanto, poco probable, ergo, mejor premiado.

On va voire...

1 comentario:

Göres dijo...

Curioso esto de las quinielas. Yo dejé de hacerlas cuando vi un reportaje de un hombre que llevaba 70 años haciéndolas y no le había tocado nunca...

Un saludo desdelacibeles.blogspot.com